jueves, 8 de diciembre de 2011

Hoy celebramos María Inmaculada

La Inmaculada no es esa mujer de manos entrecruzadas en el pecho y con los sentidos embobados en el universo. La Inmaculada es aquella mujer que, por Dios, pisó con todas sus fuerzas, flaquezas y pecados, debilidades y tentaciones que –al hombre- sacudían y nos siguen agitando.
Esta fiesta nos centra aún más en el adviento. Nos empuja y nos hace abrir los ojos para que, el Señor, no se nos pierda en medio de tanta bombilla, villancico excesivamente adelantado o eslogan que poco o nada tienen que ver con la Navidad.
María Inmaculada es, la privilegiada luz que podemos poner en el corazón para la llegada del Salvador. Que, como Ella, pisemos aquello que estorba y que nos deja sumergidos en la fealdad (frente a la belleza), en el ruido (frente al silencio contemplativo), en la mediocridad (frente al afán de perfección).

    María, te rogamos por todos aquellos que sufren.

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