Cuaresma..
.tiempo de preparación para la celebración de la Pascua, tiempo alegre
de conversión, de transformación y de entrega a Dios
A continuación tendrás la respuesta a algunas de las preguntas más frecuentes y te sugeriré algunas actividades fáciles que puedes hacer en casa, invitando a tus papás, hermanos y familiares a realizarlas junto contigo.
A continuación tendrás la respuesta a algunas de las preguntas más frecuentes y te sugeriré algunas actividades fáciles que puedes hacer en casa, invitando a tus papás, hermanos y familiares a realizarlas junto contigo.
Y la palabra Cuaresma ¿qué significa?
La
Cuaresma es un tiempo del año litúrgico que consta de cuarenta días,
días en los que los católicos recordamos los últimos momentos que vivió
Jesús antes de morir aquí en la tierra.
¿Cuando empieza la Cuaresma?
La Cuaresma comienza el miércoles de ceniza.
¿Por qué empieza en miércoles?
Aproximadamente
desde el siglo VII, se decidió iniciar en miércoles para no ayunar en
domingo (que es el día del Señor Jesús). Por lo tanto, si contamos los
días que van del miércoles de ceniza al sábado santo, (sin contar ningún
domingo) tendremos exactamente cuarenta días.
Y… ¿el miércoles de ceniza qué es?
Bueno, ese día inicia la cuaresma y es un día en que especialmente mostramos nuestro deseo de conversión a Dios. Cuando nos imponen la ceniza es señal de que en verdad y de corazón queremos cambiar y creer en el Evangelio.
¿Qué es la conversión?
“Conversión”,
es recuperar nuestra amistad con Dios, apartándonos del mal. Si ya
hemos hecho nuestra primera comunión ello incluye confesarnos y, una vez
en gracia, proponernos cambiar en todo aquello que no agrada a Dios.
¿De dónde viene la ceniza?
La ceniza viene de los ramos que fueron bendecidos el Domingo de Ramos del año anterior.
La Semana Santa
Es
el momento litúrgico más importante de todo el año, pero para muchos se
ha convertido sólo en una ocasión de descanso y diversión y se ha
olvidado lo esencial: esta semana la debemos dedicar a la oración y la reflexión en los misterios de la Pasión y Muerte de Jesús para aprovechar todas las gracias que esto nos trae.
Para vivir la Semana Santa, debemos darle a Dios el primer lugar y participar en toda la riqueza de las celebraciones propias de tu parroquia.
A la Semana Santa se le llamaba antes “La Semana Grande”. Ahora se le llama Semana Santa o Semana Mayor y a sus días se les dice “días santos”.
Esta semana comienza con el domingo de Ramos y termina con el domingo de Pascua.
Lo importante de este tiempo no es recordar con tristeza lo que Cristo pasó, sino celebrar y entender porqué murió y resucitó Cristo.
Acompañemos a Jesús en estos días con nuestra oración, sacrificios y con el arrepentimiento de nuestros pecados, asistiendo al Sacramento de la Reconciliación (si ya hicimos nuestra Primera Comunión) en estos días para morir al pecado y resucitar con Cristo el día de Pascua. Recordemos los últimos días de Jesús
La Semana Santa fue la última semana de Cristo en la tierra. Su Resurrección nos recuerda que los hombres fuimos creados para vivir eternamente junto a Dios.
Para vivir la Semana Santa, debemos darle a Dios el primer lugar y participar en toda la riqueza de las celebraciones propias de tu parroquia.
A la Semana Santa se le llamaba antes “La Semana Grande”. Ahora se le llama Semana Santa o Semana Mayor y a sus días se les dice “días santos”.
Esta semana comienza con el domingo de Ramos y termina con el domingo de Pascua.
Lo importante de este tiempo no es recordar con tristeza lo que Cristo pasó, sino celebrar y entender porqué murió y resucitó Cristo.
Acompañemos a Jesús en estos días con nuestra oración, sacrificios y con el arrepentimiento de nuestros pecados, asistiendo al Sacramento de la Reconciliación (si ya hicimos nuestra Primera Comunión) en estos días para morir al pecado y resucitar con Cristo el día de Pascua. Recordemos los últimos días de Jesús
La Semana Santa fue la última semana de Cristo en la tierra. Su Resurrección nos recuerda que los hombres fuimos creados para vivir eternamente junto a Dios.
Domingo de Ramos
Celebramos la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén en la que todo el pueblo lo alaba como rey con cantos y palmas. Es por esto que nosotros llevamos nuestras palmas a la Iglesia para que las bendigan ese día y participamos en la misa.
Jueves Santo
Este día recordamos la Última Cena de Jesús con sus apóstoles, en la que les lavó los pies dándonos un ejemplo de servicio. En la Última Cena, Jesús se quedó con nosotros en el pan y en el vino, nos dejó su Cuerpo y su Sangre. Es el Jueves Santo cuando instituyó la Eucaristía y el Sacerdocio. Al terminar la Última Cena, Jesús se fue a orar al Huerto de los Olivos.
Viernes Santo
Este día recordamos la Pasión de Nuestro Señor:
Su prisión, los interrogatorios de Herodes y Pilato, la flagelación, la coronación de espinas y la crucifixión.
Lo Conmemoramos con un Vía crucis solemne con la ceremonia de la adoración de la cruz.
Sábado Santo
El
sábado recuerda el día que pasó Jesús entre la muerte y la
Resurrección. Es un día de luto y tristeza pues no tenemos a Jesús entre
nosotros. Las imágenes se cubren y los sagrarios están abiertos.
También se suele rezar el rosario y dar el Pésame a Nuestra Madre
Santísima. Por la noche se lleva a cabo la Vigilia Pascual en la que nos
preparamos para el momento de la Resurrección de Jesús. Vigilia
significa “la tarde y la noche anteriores a una fiesta”. En esta
celebración se acostumbra bendecir el agua y encender las velas en señal
de la Resurrección de Cristo, la gran fiesta de los católicos.
Domingo de Resurrección o
Domingo de Pascua
Pascua es el paso de la muerte a la vida. Es el día más importante y alegre para todos nosotros los católicos ya que Jesús venció a la muerte y nos dio la vida. Esto quiere decir que Cristo nos da la oportunidad de salvarnos, de entrar al cielo y vivir siempre felices en compañía de Dios.
Para terminar, te recomiendo esta oración para esta cuaresma, te fortalecerá y te ayudará en tu conversión.
Señor Jesús:
Esta cuaresma estoy deseando cambiar.
He reconocido que constantemente soy tentado, que en el fondo me gusta más ser el primero y no el último, y que también me siento mejor con algo de poder en mis quehaceres. He comprobado cómo, en ocasiones, le pongo candado a toda posibilidad
de transfigurarme, de cambiar, de reconocerte. También he descubierto que mi pecado, mi falta, mis constantes huidas, me encadenan e incluso, a veces, me siento cómodo con ello. Me he dado cuenta de que entre tu ser Padre-Misericordioso y mi ser hijo, levanto muros rebeldes que me impiden el abrazo contigo y con los otros.
Por último, me he dado cuenta de que constantemente etiqueto,
señalo y acuso a los otros. Ahora, Señor, en silencio, quiero presentarme ante ti con la vida entre las manos
(abrimos todos nuestras manos en señal de ofrecimiento y petición).
¡Fíjate!, este camino de cuaresma y aun tengo ¡tantas mascaras que quitarme!Padre Bueno: acoge mi pequeño corazón que anhela tu misericordia Y transfórmalo para hacer posible, que de la cruz —la que yo tantas veces te cargo— brote un renuevo de vida. Amén.
Por último, recuerda en esta cuaresma compartir con los más necesitados.
He reconocido que constantemente soy tentado, que en el fondo me gusta más ser el primero y no el último, y que también me siento mejor con algo de poder en mis quehaceres. He comprobado cómo, en ocasiones, le pongo candado a toda posibilidad
de transfigurarme, de cambiar, de reconocerte. También he descubierto que mi pecado, mi falta, mis constantes huidas, me encadenan e incluso, a veces, me siento cómodo con ello. Me he dado cuenta de que entre tu ser Padre-Misericordioso y mi ser hijo, levanto muros rebeldes que me impiden el abrazo contigo y con los otros.
Por último, me he dado cuenta de que constantemente etiqueto,
señalo y acuso a los otros. Ahora, Señor, en silencio, quiero presentarme ante ti con la vida entre las manos
(abrimos todos nuestras manos en señal de ofrecimiento y petición).
¡Fíjate!, este camino de cuaresma y aun tengo ¡tantas mascaras que quitarme!Padre Bueno: acoge mi pequeño corazón que anhela tu misericordia Y transfórmalo para hacer posible, que de la cruz —la que yo tantas veces te cargo— brote un renuevo de vida. Amén.
Por último, recuerda en esta cuaresma compartir con los más necesitados.
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