Después que Jesús regresó al Cielo, sus amigos estaban orando juntos en una habitación grande. De repente, algo asombroso sucedió. Primero se escuchó como si un viento tremendo estuviera soplando. Luego, llamas como de fuego ardían sobre la cabeza de cada persona. Entonces el Espíritu Santo vino y todos comenzaron a hablar en lenguajes diferentes. Este era el regalo de Dios que Jesús había prometido a sus seguidores.
El Espíritu Santo es una nueva presencia de Jesús en medio de su Iglesia, en medio de nosotros. Él es quien nos da ánimos y fortaleza ante las dificultades, ante las tentaciones. Él nos ayuda a buscar a Dios como lo más importante en nuestras vidas. Él nos une en comunidad haciéndonos superar las enemistades, las envidias, las categorías entre unos y otros. Él nos ilumina para entender la Palabra de Dios y comprender el por qué de los acontecimientos en nuestra vida y en la de los demás. Él nos da sus 7 dones: Sabiduría (Es el don de entender lo que favorece y lo que perjudica al proyecto de Dios), Entendimiento (nos ilumina para aceptar las verdades reveladas por Dios), Consejo (Es la luz que el Espíritu nos da para distinguir lo correcto e incorrecto, lo verdadero y falso), Ciencia (nos enseña a darle a las cosas terrenas su verdadero valor), Piedad (nos enseña a relacionarnos con Dios como nuestro Padre y con nuestros hermanos), Fortaleza (nos vuelve valientes para enfrentar las dificultades del día a día de la vida cristiana) y Temor de Dios (nos impulsa a apartarnos de cualquier cosa que pueda ofender a Dios); y, nos regala sus frutos: Paz, Alegría, Amor, Paciencia, Bondad, Comprensión, Castidad, Fidelidad, Mansedumbre...
Os mostramos como hemos trabajado esta Fiesta de Pentecostés tan importante para nosotros, en algunos de los cursos.
Abanico con los frutos del Espíritu Santo 4º |
Kahoot sobre Pentecostés 5º |
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